1. TÍTULOS DEL ESPÍRITU SANTO
Los nombres y títulos
del Espíritu Santo nos revelan mucho acerca dequién es Él. Aunque el nombre de
“Espíritu Santo” no aparece en elAntiguo Testamento, se usan una serie de
títulos equivalentes. El Espíritu Santo,como
miembro de la Trinidad, de la forma en que lo revela el NuevoTestamento, no
está revelado en la Biblia hebrea. Sin embargo, el hechode que la doctrina
sobre el Espíritu Santo no esté plenamente revelada enla Biblia hebrea no
cambia la realidad de su existencia y obra en lostiempos del Antiguo
Testamento.
El título más
frecuente en el Antiguo Testamento es “el
Espíritu deYahwé” (heb. ruáj YHWH [Yahwé]), o como se suele
encontrar ennumerosas traducciones antiguas: “el Espíritu del Señor”. ElEspíritu de Yahwé estuvo activo en
la creación, tal como lo revela Génesis1:2, refiriéndose al “Espíritu de Dios”.
Encontramos un rico
conjunto de títulos del Espíritu Santo en Juan 14–16. En el 14:16, Jesús dice
que enviará otro Consolador,
Ayudador oConsejero. La obra del Espíritu Santo como Consejero incluye su
papelcomo el Espíritu de verdad que habita en nosotros (Juan 14:16; 15:26),como
maestro de todas las cosas, como el que nos recuerda todo lo queCristo ha dicho
(14:26), como el que dará testimonio de Cristo (15:26), ycomo el que convencerá
al mundo de pecado, de justicia y de juicio(16:8).
En las Epístolas
encontramos varios títulos del Espíritu Santo: “Espíritude santidad” (Romanos 1:4); “Espíritu de vida” (Romanos 8:2); “Espíritude adopción” (Romanos 8:15); “Espíritu Santo de la promesa” (Efesios1:13; traducido también como
el “Espíritu Santo prometido”); “Espíritueterno”
(Hebreos 9:14); “Espíritu de gracia”
(Hebreos 10:29); y “Espíritude la gloria”
(1 Pedro 4:14).
2. SÍMBOLOS DEL ESPÍRITU SANTO
Los símbolos nos dan
imágenes concretas de cosas que son abstractas,como la Tercera Persona de la
Trinidad. Los símbolos del Espíritu Santotambién son arquetipos. En la
literatura, un arquetipo es un carácter, tipo,tema o símbolo que aparece una y
otra vez y que se puede encontrar enmuchas culturas y momentos.
En todas partes, el
tiempo representa afuerzas poderosas, aunque invisibles; Estos
símbolosrepresentan realidades que son intangibles, pero verdaderas.
El viento. La palabra hebrea ruáj
tiene una notable amplitudsemántica. Puede significar “aliento”,
“espíritu” o “viento”. Se usaparalelamente a nefesh. El significado básico de nefesh
es “ser viviente”;esto es, todo lo que respire. Su amplitud semántica se
desarrolla a partirde aquí, para referirse a prácticamente todos los aspectos
emocionales yespirituales de un ser humano. Ruáj toma parte de la
amplitudsemántica de nefesh. Así, en Ezequiel 37:5–10, vemos que
algunastraducciones ponen “aliento”. En el 37:14, Yahwé explica que Él
pondrá suEspíritu en Israel.
La palabra griega pnéyma
tiene una amplitud semántica casi idéntica ala de ruáj. El símbolo
del viento lleva consigo la naturaleza invisible delEspíritu Santo, tal como
vemos en Juan 3:8. Podemos ver y sentir losefectos del viento, pero el viento
en sí es invisible. Hechos 2:2 usa congran fuerza la imagen del viento para
describir la venida del EspírituSanto el día de Pentecostés.
El agua. El agua es
necesaria para sostener lavida. Jesús prometió ríos de agua viva. “Esto dijo el
Espíritu” (Juan 7:39).La persona quese deleita en la ley (heb. Torá,
“instrucción”) de Yahwé y medita en ella dedía y de noche es “como árbol
plantado junto a corrientes de aguas… suhoja no se cae” (Salmo 1:3). El
Espíritu de verdad fluye desde la
Palabracomo agua viva que sostiene, refresca y da poder al creyente.
El fuego. El aspecto
másamplio del fuego como agente limpiador se encuentra en la declaración
oprofecía de Juan el Bautista: “Él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.
Suaventador está en su mano, y limpiará su era; y recogerá su trigo en
elgranero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará” (Mateo 3:11–12;
véase también Lucas 3:16–17).Esto tiene su aplicación más directa a la
separación del pueblo de Dioscon respecto a aquéllos que han rechazado a Dios y
su Mesías y que sufrirán el fuego del juicio. Sin embargo, el fuego purificadordel Espíritu de
Santidad está obrando también en el creyente (1Tesalonicenses 5:19).
El aceite. CitandoIsaías
61:1–2, Jesús proclama: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porcuanto me ha
ungido para dar buenas nuevas a los pobres” (Lucas 4:18).El aceite era usado
desde el principio para ungir primero a los sacerdotesde Yahwé y después
a los reyes y los profetas. Es el símbolo de laconsagración del creyente por
parte de Dios, al servicio del reino de Dios.
Cuando recibimos la
unción del Espíritu de verdad, que hace brotarríos de agua viva desde nuestro
ser interior, recibimos poder para servir aDios. En el Espíritu Santo, el agua
y el aceite sí se mezclan.
La paloma. El Espíritu Santo
descendió sobre Jesús en la forma de unapaloma en los cuatro relatos del
Evangelio. La paloma es un arquetipo dedelicadeza y paz. El Espíritu Santo
habita en nosotros. No nos posee. Nosata a sí en el amor, en contraste con las
cadenas de los hábitospecaminosos. Es delicado. Nos da la paz en medio de las
tormentas de lavida.
3. LA OBRA
DEL ESPÍRITU SANTO
Nadie comprende por
completo al Dios infinito, o a su infinitouniverso, ni
conoce y comprende perfectamente todas las palabras de laBiblia. Todos seguimos
siendo discípulos (literalmente, “aprendices”).
Como criaturas finitas que somos, no
nos debería sorprender el darnoscuenta de lo totalmente necia que es la
afirmación de que hemos llegado acomprender por completo al Dios infinito. Dios sigue
obrando en suIglesia y con cada uno de nosotros, transformándonos en la imagen
deCristo. La doctrina de la santificación progresiva se refiere directamente a
este tema.
Antes del día de
Pentecostés
El Espíritu Santo no
vino a este mundo hasta el día de Pentecostés.Tengamos en cuenta la profecía de
Joel 2:28–29 y la cita de ella quehace Pedro en Hechos 2:17–18.“Y después de
esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestroshijos y
vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes
veránvisiones…”El Espíritu Santo inspiró a los profetas del Antiguo Testamento,
pero le vemos por primera vez desde la creación en Génesis 1:2.
En el movimiento
pentecostal
Aunque suactividad ha
aumentado en cantidad a medida que ha crecido la Iglesia, esel mismo Espíritu
Santo el que obra en el mundo de hoy, y el que estabaobrando en el mundo
anterior al día de Pentecostés. Sin embargo, debidoa la revelación progresiva,
y a la comprensión progresiva, nuestro gradode comprensión acerca de la obra
del Espíritu debería ser más alto.
Durante los primeros
años del movimiento pentecostal, generalmentehacerse pentecostal equivalía a
ser sacado de su denominación originalpara entrar en una de las comunidades
pentecostales.
COMO CONSOLADOR
La obradel Espíritu
Santo como Consolador comprende su papel como el Espíritude verdad que habita
en nosotros (Juan 14:16; 15:26), como Maestro detodas las cosas, como Aquél que
nos recuerda todo cuanto Cristo ha dicho(14:26), como el que dará testimonio a
favor de Cristo (15:26), y como elque convencerá al mundo de pecado, de
justicia y de juicio (16:8).3 Nuncavaloraremos lo suficiente la importancia
de estas funciones. El EspírituSanto en nosotros comienza a aclarar las
creencias erróneas, incompletas ydesordenadas sobre Dios y su obra, sus
propósitos, su Palabra, y sobre elmundo, que traemos con nosotros a nuestra
relación con Dios. Tal comoafirmara Pablo, es una obra para toda la vida, que nunca se
veráterminada de este lado del velo (1 Corintios 13:12). Vemos claramenteque el
Espíritu Santo es más que alguien dedicado a consolarnos ennuestras aflicciones; Él es
también quien nos guía hacia la victoria sobre el pecado y la angustia.
1. ES MAESTRO
El Espíritu Santo
puede y quiere ayudar a todo creyente para queinterprete y comprenda
correctamente la Palabra de Dios y su obracontinua en este mundo. Él es quien
nos guiará a toda verdad. El Espíritu Santo nos conducirá a todaverdad a medida
que leamos y estudiemos cuidadosamente la Biblia bajosu dirección.
Juan exhorta a la
Iglesia a “probar los espíritus si son de Dios” (1 Juan4:1). Esto significa que debemos
permitir que el Espíritu de verdad nosguíe en la tarea de interpretar la
Palabra de Dios, y que necesitamosconfrontar todos nuestros pensamientos y los
de otros con las Escrituras.
Aquí hay un verdadero
peligro. Un autor afirma en la cubierta de
su libro:“Este libro fue escrito en el Espíritu.” Otro declara acerca de su
libro:“Predicciones correctas al ciento por ciento acerca de las cosas
futuras.” La tarea del lector, con la ayuda del Espíritu Santo, consiste en
seguir elejemplo de los hermanos de Berea, que son elogiados por Él a través
deLucas porque “escudriñaban cada día las Escrituras para ver si estas
cosas[dichas por Pablo] eran así” (Hechos 17:11).
Hay otro aspecto más
de la obra del Espíritu Santo como maestro. Esaobra consistió en preparar a
Jesús, el Hijo de Dios encarnado, para sulabor como Rey, Sacerdote y Cordero
para el sacrificio. El Espíritu
Santodescendió sobre María y la cubrió con su sombra, engendrando a Jesús,
elHijo de Dios. Fue Él también quien le hizo de maestro a Jesús siendo
ésteniño, de tal manera que a los doce años fue capaz de dejar asombrados alos
maestros en el templo. “Se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios erasobre
él” (Lucas 2:40).
Después de su
bautismo en el Jordán, Jesús, aquien se describe como lleno del Espíritu Santo,
batalló con el adversariodurante cuarenta días (Lucas 4:1–13). Siguió su vida
lleno del EspírituSanto. Como consecuencia, cuando el diablo buscaba un
“momentooportuno” para volverlo a tentar, los resultados eran los mismos.
Jesús“fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado”
(Hebreos4:15; véase también 2:10–18). Si estamos llenos del Espíritu Santo
cuandoluchamos con nuestra carne y con el Adversario, nosotros tambiénpodremos
obtener la victoria sobre la tentación por medio del Espíritumismo.
2. DA TESTIMONIO DE CRISTO
La actividad del
Espíritu Santo como el que da testimonio de Cristocomienza en el Antiguo
Testamento y continúa hasta nuestros días. Fue elEspíritu Santo quien inspiró a
los profetas del Antiguo Testamentomientras escribían las profecías sobre el
Mesías que habría de venir.
Lucas nos informa que
el Espíritu Santo dio testimonio de que seacercaba la venida de Cristo, por medio
de Juan el Bautista, de sus padres,de María, y de Simeón y Ana en Jerusalén
(véase Lucas 1–3). En Juan16:13–15, Jesús afirma que la obra del Espíritu Santo no es
hablar por símismo, sino sólo aquello que el Padre y el Hijo le indican que
diga.
3. ES LA PROMESA
Todo lo que hace el
Espíritu es vitalpara el reino de Dios. Sin embargo, hay una motivación
central, unafunción básica del Espíritu Santo, sin la cual todo cuanto se ha
dicho de Élhasta este momento sería en vano: el Espíritu Santo es el depósito
quegarantiza nuestra herencia futura en Cristo (Efesios 1:13–14).
¿Qué es lo que
garantiza la obra del Espíritu Santo en nuestra vida y enla vida de la Iglesia?
“Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se
deshiciere,tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en
los cielos. Y poresto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella
nuestra habitación celestial;pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos.
Porque asimismo los que estamos eneste tabernáculo gemimos con angustia; porque
no quisiéramos ser desnudados, sinorevestidos, para que lo mortal sea absorbido
por la vida. Mas el que nos hizo para estomismo es Dios, quien nos ha dado las
arras del Espíritu” (2 Corintios 5:1–5).
Por medio del Espíritu
Santo llegamos a conocer a Dios porexperiencia propia, como en la palabra
hebrea yadá, “conocer porexperiencia”. Nuestra experiencia con el
Espíritu Santo nos sirve deprueba de la resurrección de Cristo.
EL ESPÍRITU SANTO Y LA SANTIFICACIÓN
El nombre “Espíritu
Santo” aparece noventa y cuatro veces en el NuevoTestamento (incluyendo la
aparición única de “Espíritu de santidad” enRomanos 1:4).
Los escritores del
Nuevo Testamento usaron laexpresión “Espíritu Santo” con tanta frecuencia
porque reconocían loimportante que es el Espíritu para la santificación del
cristiano.
Los símbolos que
usaron estos escritores con respecto al Espíritu sontambién reveladores. Los
rituales de purificación del Antiguo
Testamento(acerca de los cuales hablaremos más adelante) usaban sangre, agua
yfuego. La primera señala hacia el ministerio de Jesús; la segunda y
(hastacierto punto) la tercera, al ministerio del Espíritu Santo. Estos
símbolos eran poderosos para los oyentes judíos,acostumbrados a los bautismos y
a otros ritos de purificación que había enel
judaismo del primer siglo.
En general, cuando la
gente de hoy habla de la obra del Espíritu conrespecto a la santificación, se refiere a un proceso (o
experiencia)espiritual por el cual pasa la persona, y que la hace más santa.
Algunosidentifican esta experiencia
con la salvación; otros la identifican como unaexperiencia posterior, y otros la
identifican como un proceso
que incluyeambas experiencias anteriores y más. Sin embargo, la obra santificadoradel Espíritu
comprende más aún. Es parte integral de todo el plan de Diospara la humanidad;
su “historia de la salvación”.
DEFINICIÓN DE LA SANTIFICACIÓN
La santificación es el proceso
por medio de la cual Dios está limpiandonuestro mundo y sus habitantes. Su meta
final es que todas las cosas
animadas o inanimadas, sean purificadas de toda mancha de pecado oimpureza. Con
este propósito, nos ha proporcionado el medio desalvación a través de
Jesucristo. Al final de los tiempos,
también haplanificado entregar al
fuego todo lo que no pueda o quiera ser purificado(Apocalipsis 20:11 a 21:1; véase también
2 Pedro 3:10–13), limpiando asíla tierra de todo cuanto es pecaminoso.La misión
del Espíritu Santo en la etapa presente de la historia de lasalvación es
cuádruple:
a) convencer al mundo.
b) limpiar al
creyentepor medio de la sangre de Cristo cuando nace de nuevo.
c) hacer real enla
vida del creyente el pronunciamiento legal de justicia que Dios ha hecho.
d) llenar de poder al
creyente para que ayude en el proceso desantificación de otros por:
Ø La proclamación del
evangelio a los no creyentes.
Ø La edificación de los
creyentes.
Lo acostumbrado entre
los teólogos es utilizar el término“santificación” solamente para hablar de la tercera
de estas cuatro tareasdel Espíritu Santo. Lo que ha comenzado en la
regeneración, cuando le fue otorgada eimpartida al creyente una novedad de
vida. En especial, la santificación esla aplicación por parte del Espíritu Santo a la
vida del creyente de la obra hecha por Jesucristo.
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